viernes, 23 de octubre de 2015

Masiva homenaje a José Roberto Gallardo Alarcón


Sencillo como el fruto silvestre, afectuoso, cordial y siempre empapado de una sabiduría lograda en el diario ajetreo de su existencia campesina, Roberto, integrante del clan monolítico y siempre solidario de los “Gallardo” caló hondo en nuestra niñez lejana pero nítida de recuerdos imperecederos en los espacios del fundo El Boldo de antaño. Instaló su nido hogareño allí en las cercanías de la Casa de Tabla donde junto a su abnegada esposa- Petronila Badilla Pérez-  conformó una familia maravillosa, empapada de valores y conductas de vida que le trasmitió sin arengas ni rebuscadas frases, sino que solamente a través de su cotidiano quehacer no exento de sacrificios ni desvelos pero tácitamente irradiando lecciones y motivaciones plenas de amistad, humildad, sencillez y nobleza de sentimientos y afectos.
ADIÓS MULTITUDINARIO

El multitudinario adiós que le tributó el vecindario de su residencia junto a ese “más de un millón de amigos” que se aglutinaron desde los cuatro puntos cardinales en la mañana del domingo y que coparon los espacios de la Parroquia San Pedro a la hora de la eucaristía por el eterno descanso de su alma, como posteriormente el acompañamiento hasta su última morada en el Campo Santo, más que un homenaje postrero a don José  Roberto Gallardo Alarcón, constituyeron el fiel reflejo de la balanza de su existencia y simultáneamente el paliativo al dolor inmenso que comprensiblemente embarga a su compañera Petronila, a sus hijos, nietos, bisnietos y demás componentes familiares inmersos en nuevas generaciones que llevan sus genes…Orgullo para ellos además que “el viejo roble” Gallardo Alarcón durante su paso terrenal trasmitió y dejó indelebles huellas encaminadas a hacer mejor y no peor el mundo en que vivimos.-

Jaime Gallardo Salazar:
NIETO AGRADECIÓ MASIVO ACOMPAÑAMIENTO

“Hoy en nombre de mi abuelo, , de mi padre, tíos y primos me ha tocado la difícil tarea de despedir los restos de mi abuelo “Peyuco”, como le decíamos con mucho cariño.

Agradecer a cada uno de ustedes la compañía en estos momentos tan difíciles que estamos pasando.
Sé que muchas de las personas presentes viajaron sólo para acompañarnos el día de hoy;  para todos ustedes creo que mi abuelo fue una persona especial, como también para nosotros…. Él fue un hombre noble, de grandes sentimientos, nunca tuvo una mala palabra para nadie. Y eso quedó demostrado en estos días. Vuestra presencia nos ha hecho mitigar el gran dolor que sentimos el día de hoy.

ABUELO: Tus siete nietos, cinco bisnietos, tus hijos Toño, Jaime, Nelson y especialmente tu hija Rosa que con mucha dedicación cuidó de ti hasta el último momento, hoy te quieren agradecer que hayas formado parte de nuestras vidas… Nos dejaste un gran legado, la unión de tus hijos. Ellos seguirán luchando por mi abuela y tú desde el cielo nos cuidarás a todos.

Gracias “Peyuquito” por esas historias sin fin, por esos recuerdos que jamás olvidaremos.
Esto no es un adiós, sino un hasta pronto.
Descansa en paz mi quiero Viejo…

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