Jesús, respondiendo a una pregunta de algunos fariseos, cita este pasaje en el evangelio de hoy. Quiere ir a la raíz, y por eso recuerda el designio creador de Dios, que fundamenta la unión de un hombre y una mujer. Ser “una sola carne”, según el significado de la expresión en hebreo, significa ser un apersona, un solo proyecto de amor y de vida. Y agrega Jesús: “Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”.
En una cultura de lo desechable como la nuestra, donde la búsqueda del placer inmediato, la ansiedad enfermiza por lo novedoso y la afirmación del bienestar individual han logrado el carácter de leyes supremas, los compromisos de por vida se ven seriamente amenazados. La fidelidad y la perseverancia, valores portantes de la familia cristina, son frágiles y hay que defenderlos de agentes internos y externos que los atacan sin descanso. Por eso, al iniciar en todo Chile el mes de la Familia. En esta semana queremos reafirmar el don magnifico de la comunión de amor que ella representa, como reflejo vivo de la Trinidad. Y fortalecernos para defender esa comunión con la serena afirmación de la fidelidad perseverante, de la entrega de si, del descentramiento, de la fecundidad responsable y generosa.
PADRE LUIS HUMBERTO ALARCÓN
PÁRROCO
PARROQUIA SANTO TORIBIO.
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