María
Martínez Suazo la querida compañera en la docencia; la amiga en la vida
cotidiana de la alegría, la risa y el llanto. En todo momento María siempre
estaba al lado de la persona amada porque era fiel a sus afectos y muy
comprometida en las tareas que daba su palabra. La conocí como profesora de Ciencias
Naturales en la Escuela Aníbal Pinto de Cauquenes; posteriormente como
Supervisora Provincial en el mismo rubro y además como Jefe Técnico,
Subdirectora y finalmente Directora en el mismo colegio.
En
todos los peldaños de la pirámide educacional donde ella fue ascendiendo tuvo
un comportamiento responsable y creativo. Era una maestra dedicada, estudiosa y
soñadora. Se esmeraba por cumplir en forma óptima cada una de las funciones
laborales y de igual manera procedía en las relaciones interpersonales con sus
colegas profesores y más aún con los amigos.
María
deja hermosos recuerdos a su familia y a sus amigos y muy especialmente a los
alumnos participantes de sus clases; de esos encuentros pedagógicos que María
preparaba con tanto profesionalismo en las técnicas renovadas, en los
principios valóricos de la comunicación horizontal de afecto y simpatía con
cada uno; porque ella amaba su profesión más allá de la paga y del tiempo que
entregaba. Era muy puntual para llegar a su trabajo y era la última en
retirarse del establecimiento.
En
esta primavera lluviosa la amiga María nos deja. Su partida es dolorosa para
quienes la queremos; pero la muerte es parte de la vida a un lugar desconocido
donde siempre desearíamos volver a encontrarnos. Nos hará falta tu compañía, tu
risa, tu alegría querida amiga.
(Eliana Segura
Vega)
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