lunes, 31 de agosto de 2015

CIERTO QUE ESTA GRAN NACIÓN ES UN PUEBLO SABIO E INTELIGENTE


Cuando la iglesia se congrega para orar por los pueblos originarios, nuestras ancestrales raíces, una cultura que forjó una gran nación de hermanos, que puso la cimiente de nuestra actualidad. Si no somos capaces de valorar nuestra raíces, estamos condenados a perdernos, a perder identidad, y en esta aldea global, mimetizarnos, escurrirnos, y ser desagradecidos con el don de Dios. Hoy, su Palabra nos ilumina y abre nuestra reflexión con un libro de autores que se ocuparon con denuedo e inteligencia a guardar la tradición espiritual y cultural del Pueblo de Dios que siempre vaciló entre la idolatría y el desequilibrio social, dos amenazas permanentes  para el hombre de todos  los tiempos, Israel debe aprender a escuchar desde su corazón la memoria de la obra salvadora de Dios. Por eso Jesús aboga por una fe que se anida ahí desde donde puede brotar la auténtica impureza, la que envenena el alma y su entorno.

 Cuando nos ocupamos  de cultivar una religiosidad rigurosa en sus formas olvidando la esencia de la persona ante Dios que es un PADRE, corremos el riesgo de volvernos hipócritas y por tanto perdernos el Reino. Miramos hacia el futuro con esperanza, no solo porque ya “acaba agosto”, sino porque Dios no abandona a su pueblo.

Santiago nos recuerda que fuimos forjados por su palabra, principal Don otorgado por el Padre, que nos revela la verdad de Dios y la verdad del hombre, puesta por Dios en el corazón humano, centro vital de las opciones en la vida. Es este íntimo Templo de Dios, el que la persona debe aprender a escuchar, no con rigidez escrupulosa, sino como hijos de un Padre que nos ama e introduce a la libertad.


PADRE.  LUIS HUMBERTO ALARCÓN
PÁRROCO
PARROQUIA SANTO TORIBIO
CURANIPE

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