jueves, 18 de junio de 2015

WE TRIPANTU 2015 PEUMAYEN



Asociación Indígena de Cauquenes


We Tripantu
La noche más larga del año

Se acerca el 21 de junio comienza e invierno y con ello, la celebración del WE TRIPANTU Nuevo Año Mapuche.
El día del año en que la tierra se aleja más del sol marca el fin de un periodo para el pueblo Mapuche, que celebra la renovación del espíritu y el comienzo de un nuevo ciclo reflejado en la naturaleza. La celebración del nuevo año, realizado en el solsticio de invierno, entre el 21 y 24 de junio.(En español, el evento significa “nueva salida del Sol y la Luna”), siendo este uno de los días más sagrados para los mapuches.
En la cosmología del pueblo, cuentan que sus antepasados se plantearon el desafío de descubrir y comprender los fenómenos físicos que ocurren en el universo y la naturaleza. Fue entonces descubrieron la noche más larga del año y cómo, a partir de ella, el resto de los días se hacen más largos y las noches comienzan a durar menos.
El quiebre en el ciclo llegó a inspirar a la ciencia ancestral, descubriendo que podían determinar la fecha del We Tripantu guiándose por las señales de las estrellas, la luna, las plantas y el Sol.
Las celebraciones comienzan la tarde del día anterior, antes que el Sol se esconda.
Entonces, los invitados se congregan y esperan la llegada de la Machi o del Lonko, que tienen la misión de dirigir el ritual. Ahí, mientras anochece alrededor del fogón, los viejos instruyen a los niños “ a ser buenos” y les cuentan historias relevantes para la cultura del pueblo. Más tarde, se celebran bailes, cantos y juegos que fortalecen los lazos comunitarios. De madrugada se anuncia la llegada del nuevo año y su ceremonia sagrada es preparada para el amanecer. Entonces, al alba, el pueblo se baña en un río o lago, demostrando estar preparados para recibir el nuevo ciclo, que simboliza el regreso del Sol y la luz, junto con la renovación de la naturaleza y la propia sabiduría mapuche.
Durante años, los mapuches han celebrado la espera del We Tripantu, respaldados por la creencia de que el cambio, regido por la Luna, provocaba el brote de los vegetales y la reproducción de los animales, inaugurando un nuevo periodo. El viejo ciclo, de siembras y cosechas se había terminado y la energía del Sol llegaría para aportar su energía a la naturaleza y a los humanos.

Las celebraciones del nuevo año mapuche, por ello, son celebradas con alimentos, juegos y tradiciones típicas del pueblo. Muday (licor de maíz fermentado), guiso de mote, chupe de piñón, multrun (galletas blandas de trigo), tortillas al rescoldo y pan con chicharrones son algunos de los alimentos consumidos. Sin embargo, las instancias más reveladoras de la noche se generan en la conversación compartida entre los kimche (sabios) y los niños, ya que éstos traspasan su sabiduría a las futuras generaciones.

Al son de las celebraciones, la noche más larga parece corta. Lejos de las imposiciones del calendario gregoriano, el ciclo de renovación  ha sido festejado por diversos pueblos originarios de América del Sur, a través de múltiples expresiones.

En Chile, el ritmo del kultrún y un juego de palín marcan la llegada del nuevo tiempo de lluvias, que antecede a la época de brotes. En adelante, renazca de las lluvias con la esperanza de mejores tiempos.

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